Borja Cardelús y Muñoz Seca – Aquí el libro
Editorial: Almuzara Año: 2019
Recorrer los senderos más recónditos de la naturaleza sobre las huellas que deja a su paso el rebaño trashumante. Probar la sed del lobo cuando está sediento, conocer de cerca los códigos de supervivencia y lealtad de la manada bajo la piel del que aúlla a la luna, cantando al cielo nocturno. Ver con tus propios ojos cómo las leyendas de las marismas cobran vida.
La España del silencio es el título que recibe la colección de novelas del mundo rural escrita por Borja Cardelús, una recopilación que transcurre en las profundidades del salvajerío ibérico: sierras, bosques, valles, páramos…Lugares expuestos a la belleza y el sosiego que se abren como destellos de luz entre las sombras boscosas en estas páginas para revelar las historias que ocurren en el sigiloso mundo de la Península.
Existe un debe moral de que todo ese patrimonio no se pierda. Y por eso, La España del silencio es el testimonio de la vida milenaria en los campos y pueblos españoles. Y más allá del deber moral, dado lo tornadizo de las cosas humanas y sus mudanzas, quién sabe si no acabarán regresando esos tiempos, y serán necesarios sus saberse para sobrevivir.
“-Como si embisto contra el sol del verano o contra la escarcha del invierno. Las cosas son como vienen, Julia, y un hombre tiene que sacar pecho y tirar para adelante. Descuida, que el sol acaba siempre por salir. –Muy glorioso eres tú. Como todos los del pueblo, que sois más inocentes que los pavos. De aquí a nada van a empezar con la repoblación esa, y entonces ya verás el sol que va a salir en el pueblo”
“Recordaba que, en sus años de juventud, las grandes urbes tendieron sus redes y muchos mozos de los pueblos cayeron en ellas. Buscaban otra suerte, un porvenir mejor, y no supieron entrever que la ciudad te llama cuando te necesita, y cuando no le haces falta te arroja como una colilla”
“Fue entonces cuando toda la manada rompió a aullar. Unimos las voces y cada garganta exhalaba un tono: bajos, graves, penetrantes. Los lobo0s, los reyes del bosque, proclamaban desde el aulladero que había cobrado una gran pieza, y toda la fronda enmudecía….Era la voz milenaria de la naturaleza virgen”