A las 13 horas del 3 de febrero, coincidiendo con el Día de la Repoblación…
Las campanas de los pueblos burgaleses y de toda España amenazados por la despoblación, repicaron sus campanas durante cinco minutos. Su tañido es un “toque” de auxilio a todos los gobiernos locales, regionales, central, asociaciones y plataformas, implicados en la Revuelta de la España Vaciada.
Es la 5ª edición de una iniciativa que nació en San Miguel de Pedroso, un barrio de Belorado en la provincia de Burgos, por parte de la Asociación El Priorato.
En el manifiesto publicado en esta ocasión, exigen “adoptar soluciones vigorosas y expeditas, dado que el tiempo y la población parecen escaparse de nuestras manos”.
A pesar del aumento de la población del país, las zonas rurales continúan experimentando un éxodo poblacional persistente. “Es imprescindible fomentar la instalación de industrias y fábricas en las proximidades de los núcleos rurales, mediante incentivos fiscales positivos”.
Los datos en la provincia de Burgos no resultan halagüeños. Basta con decir que de sus 1.214 pueblos, más de la quinta parte se encaminan hacia el abandono absoluto. Según el Instituto Nacional de Estadística, se calcula que entre el año 2019 y el 2031, uno de cada 10 habitantes habrá abandonado la provincia.
Y lo que es más grave, que sus vecinos tendrán más de 65 años y estarán a punto de la jubilación en un plazo de no más de dos lustros.
En las torres de los pueblos españoles, las campanas son volteadas por sus vecinos. Es una llamada de socorro.
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E. Ortega