Me voy al pueblo con los niños. ¿Y el colegio?
Muchas familias con niños muestran su interés por repoblar la España vaciada. Algunos de ellos son nómadas digitales y pueden trabajar desde cualquier lugar, otros sencillamente buscan un trabajo lejos de la ciudad donde poder vivir tranquilos. Todos ellos necesitan un colegio para sus hijos, ¿es posible?
La educación es uno de los derechos inalienables de los menores, contemplado en nuestra Constitución, de modo que independientemente de donde vivamos, los niños deberían contar con una escuela. La realidad es bien diversa, pues los recursos necesarios para mantener las escuelas rurales son limitados y las dificultades y trabas administrativas ingentes.
Hay algo menos de 800 colegios rurales en España. Todos los organismos indican que el mantenimiento de las escuelas rurales es tres veces más caro que un colegio en la ciudad, sencillamente porque 3 o 4 alumnos tienen las mismas necesidades de comedor, instalaciones, profesorado, etc. que una clase de 20.
¿Cómo funciona un colegio público rural? ¿Merece la pena el traslado? ¿Le perjudicará a mi hijo estar en un lugar tan aislado?
Ventajas y características de las escuelas rurales
La bonita frase “Planta un cole y crecerá un pueblo” resume perfectamente lo que significa la apertura de los colegios en zonas rurales. En el panorama actual, las escuelas rurales en España se han convertido en un incentivo para el fomento de la repoblación, al funcionar como imán para las familias que buscan educación personalizada y otro modo de vida más sostenible.
La escuela on-line asociada a los colegios rurales se establece como una solución a los retos del medio en que se insertan las escuelas, a menudo disperso y con problemas de conectividad. Esta tecnología permite una reducción de gastos y paralelamente la formación en competencias digitales.
Otro atractivo de las escuelas rurales para los que deciden mudarse al pueblo es la innovación: las metodologías deben ser por fuerza adaptativas y flexibles para desafiar las circunstancias cambiantes y garantizar la continuidad tanto de la enseñanza como del aprendizaje.
El hecho de que haya pocos estudiantes y coincidan en el aula varias edades permite la implantación de un modelo de enseñanza basado en la cooperación, con participación directa e intensiva de estudiantes, profesores y otros agentes de la comunidad. El método colaborativo potencia la autoestima, les ayuda a resolver tareas y conflictos con autonomía. Este modelo de enseñanza concéntrica ayuda a los alumnos mayores más rezagados a repasar contenidos, mientras que los más jóvenes avanzan en el plan de estudios. Del mismo modo, los pequeños que cuentan con capacidades para comprender temarios superiores se benefician de las clases dirigidas a los compañeros de mayor edad.
La heterogeneidad del grupo incide positivamente al representar a escala la sociedad: se respetan las diferencias, los intereses individuales, fomentándose el compromiso con el grupo, el conocimiento y las conductas éticas.
Los profesores tienden a aplicar mayor innovación y creatividad a sus clases, al tener que adaptarse a diferentes niveles y circunstancias y contar con un tiempo limitado. Es innegable que su compromiso y versatilidad son imprescindibles: son maestros, orientadores, tutores y portavoces del resto de la comunidad educativa.
Si tuviera aún que educar a hijos pequeños, me mudaría a un pueblo.
De los años 60 a 1986: los colegios de pueblo
Antes de la gran emigración de los años 60, en los pueblos de España se iba al colegio. Eran escuelas pequeñas, muy limitadas en cuestión de recursos, pero funcionaban con sus dificultades y carencias. En los pueblos había gente y no faltaban los niños. Además de educar, en la escuela se creaba comunidad, se establecían vínculos, articulándose en su entorno el ocio, los transportes y los apoyos entre las familias y vecinos. Tras el abandono de los pueblos y la marcha de sus habitantes hacia la ciudad y otros países de Europa en busca de trabajo, los colegios públicos rurales fueron cerrándose, testigos del ocaso de un mundo rural cada vez más vacío y languideciente.
Debemos esperar hasta 1986, cuando nacen los CRA (Colegios Rurales Agrupados), para que la Administración se responsabilice y asuma la problemática de la educación en las zonas rurales.
El descenso de la natalidad y la despoblación del medio rural son las grandes lacras de la España vaciada y los principales motivos que provocan la pérdida de alumnos, así como el cierre de estas escuelas. La pobreza y la exclusión social de los niños rurales es en parte consecuencia de ello. En los últimos años han surgido con fuerza casos de éxito en toda la geografía española, ejemplos de colegios que se resisten al cierre y actúan como fuerza inspiradora en los lugares más inhóspitos; maestros y familias comprometidas que van vertebrando un horizonte de optimismo a lo largo y ancho del país.
¿Qué es un colegio rural?
El Colegio Rural Agrupado (CRA) es un centro educativo constituido por un pequeño grupo de escuelas rurales situadas en localidades diferentes del entorno rural, coordinadas bajo una misma estructura, que comparte recursos, proyectos y profesores. En los Centros Rurales Agrupados, surgidos para evitar el traslado permanente de alumnos a zonas urbanas, se imparten las enseñanzas de Educación Infantil y Educación Primaria.
Actualmente, en las poblaciones donde no hay suficientes niños, se permite la apertura de aulas con un mínimo de 3 alumnos, aunque esto depende de cada comunidad autónoma. En estos colegios es prácticamente imposible mantener una infraestructura educativa tradicional, por lo que se imparten varios niveles educativos de forma simultánea.
Los Colegios Rurales Agrupados (CRA) cuentan con un equipo directivo completo que da servicio a todas las escuelas, y varios profesores (tutores) en cada una para enseñar las asignaturas. Además, hay profesores especializados en las diferentes materias que se desplazan a los colegios asociados. Ante la falta de instalaciones adecuadas, también existen otros centros regulados donde se desarrollan actividades curriculares que por su naturaleza requieren de espacios particulares, como laboratorios de ciencias o aulas de informática. Son los llamados Centros Rurales de Innovación Educativa (CRIE).
Las aulas virtuales son un recurso interesante para muchos colegios en zonas rurales, que pueden de este modo realizar actividades innovadoras o sencillamente recibir sus clases de modo remoto. También, gracias a las clases online, es posible practicar experimentos con niños de otras escuelas, o atender conferencias y talleres de diferentes profesionales en cualquier lugar del mundo.
En las escuelas de la España vaciada que consiguen mantenerse abiertas se comparte todo, de modo que en la mayoría de los casos los niños de diferentes edades atienden sus clases juntos, y el profesor adapta los contenidos según el currículo adecuado a su edad. Es lo que se conoce como aulas multigrado.
Algunos expertos coinciden en que los colegios rurales en España pueden ser un punto fuerte en la transición ecológica, como lugar donde se trabajen las actitudes medioambientales de respeto al entorno, a los mayores, a los animales, respeto propio y sobre todo el arraigo al medio.
¿Cómo encontrar colegios rurales para mis hijos?
Te aconsejamos que escribas las palabras “buscador de colegios + [Nombre de la comunidad autónoma]” para iniciar la búsqueda, y a partir de ahí investigar el colegio rural que más te interese por provincia o población. Las comunidades autónomas cuentan con buenas herramientas online para que puedas acotar la búsqueda en la zona que desees. Normalmente la web oficial de la comunidad autónoma aparece por encima de los otros resultados de Google cuando escribes la secuencia de palabras que os recomendamos.
Consulta el listado de los colegios rurales en España.
Consulta el buscador de colegios públicos de la Comunidad de Madrid.
Consulta los colegios públicos y CREA de la Comunidad de Castilla y León. En el buscador puedes seleccionar la provincia, el nivel al que deseas acceder, los servicios que ofrecen (bilingüismo, comedor, etc) o situar los CRIEs cercanos.
Apoyemos las escuelas de pueblo para educar en los valores de la vida y evitar la extinción del mundo rural. No dudes, lánzate a la aventura, recuerda que la naturaleza es la mejor maestra y que, aunque diferente y en algunos casos frágil, contamos con infraestructura para llevarlo a cabo.